Interpretación:
El sufrimiento no proviene de los hechos en sí, sino de cómo los interpretamos. Nuestra mente tiene el control absoluto sobre la forma en que reaccionamos ante las circunstancias.
Cómo aplicarlo hoy:
Enfrenta los problemas con una mentalidad objetiva. En lugar de reaccionar impulsivamente, analiza la situación y pregúntate si realmente vale la pena angustiarte o si puedes cambiar tu perspectiva.
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